En el marco de un proyecto financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, y con la participación de científicos del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CSIC), se va a llevar a cabo un estudio de la biodiversidad de los fondos marinos del PN de las Islas Atlánticas usando nuevos métodos genéticos.
El proyecto, que se inicia este año, se propone caracterizar las especies presentes usando para ello el ADN que se encuentra en las comunidades, el llamado ADN ambiental. De este ADN se secuenciarán una serie de genes indicadores que permitirán conocer las especies presentes. Este método se ha desarrollado en los últimos años y no hay prácticamente precedentes de su aplicación a fondos marinos, por lo que el proyecto será una novedad a nivel mundial.
Las ventajas de usar el ADN presente en las comunidades es que permite detectar tanto las especies grandes como las de pequeño tamaño. Los estudios tradicionales de biodiversidad se focalizan en especies visibles a simple vista, que son las dominantes en biomasa en las comunidades. Sin embargo, no se analizan los centenares de especies de animales, plantas, hongos y protistas de pequeño tamaño (hasta unas décimas de milímetro) presentes en los fondos marinos. Más del 90% de la biodiversidad está formada por estos organismos y es prácticamente desconocida debido al esfuerzo que supondría analizar estas especies de pequeño tamaño y a la falta de especialistas en estos grupos de organismos. Sin embargo, la importancia de estos componentes de la biodiversidad es crucial, dado que intervienen en el reciclado de los nutrientes, se encuentran en la base de las cadenas tróficas, y son los primeros en responder a perturbaciones del medio ambiente, antes de que los efectos de las mismas sean detectables en los organismos de mayor porte.
Con las nuevas técnicas genéticas y el desarrollo de aparatos de secuenciación de alto rendimiento en los últimos años, es posible hacer un inventario exhaustivo de la biodiversidad presente. Para ello se obtienen todas las secuencias presentes en el ADN ambiental de unos genes determinados. Estas secuencias sirven como etiquetas de las especies presentes. La comparación de las secuencias con las disponibles en bases de datos públicas permite asignarlas a especies o a grupos de organismos concretos y, por tanto, caracterizar de forma integral la biodiversidad presente. Las ventajas de esta técnica radican en su rapidez, objetividad, y en no depender de la disponibilidad de especialistas en todos los grupos. A su vez, las secuencias que se generan se depositan en bases de datos públicas y permiten estudios comparativos posteriores.
Los objetivos del proyecto se centran en analizar muestras del fondo marino de tres tipos de comunidades: de fondos rocosos someros, de fondos rocosos profundos, y de fondos de cascajo. Al mismo tiempo, se quiere estudiar el efecto de la presencia de algas invasoras en la estructura de las comunidades. El estudio se va a realizar en paralelo en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas y en el Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera en las Islas Baleares, para poder tener una comparación entre comunidades similares en el Atlántico y el Mediterráneo.
Los primeros muestreos se van a llevar a cabo en septiembre, y se prevé repetirlos estacionalmente y durante dos años para evaluar la variabilidad estacional e interanual. Con este estudio de caracterización genética se pretende lograr un conocimiento de la biodiversidad a un nivel que no es posible con los métodos tradicionales, establecer una base de datos para estudios futuros, y ser capaces de detectar alteraciones del medio antes de que sean evidentes en las comunidades.
La diversidad oculta: cientos de especies de organismos presentes en las comunidades de los fondos marinos son invisibles a simple vista y deben estudiarse con técnicas genéticas